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Legítima defensa y brindar al sol


Me lo explicarán mil veces y no lo entenderá. El jurado ha declarado culpable de un delito de homicidio al librero octogenario de Ciudad Real. Homicidio sí, mató al ladrón ¿pero delito? Quizá el jurado ha estimado que el buen hombre, con múltiples antecedentes, se coló en casa del anciano a altas horas de la madrugada, para preguntarle si necesitaba algo y ponerse a su servicio o para felicitarle por su cumpleaños. No hombre no, aquí lo que impera es la razón de la respuesta proporcional, si te agreden con un hacha, no se te ocurra utilizar una escopeta porque no te libras de la cárcel. Ya sabes, ten cuidado como te defiendes, mejor déjate asesinar y te evitarás disgustos. El librero, en lugar de pegarle dos tiros a un delincuente con antecedentes y que probablemente no se hubiera conformado con robar, debería haberle mostrado una estampita de la Virgen de los Desamparados y pedirle, educadamente, que se marchara, porque así evitaría acabar en la cárcel por robo, y el delincuente, muy amablemente se hubiera marchado, agradeciendo al anciano el bien que le hacía. Anda que a ese mentarle la cárcel le iba a hacer temblar, si estaba fuera cuando debería estar dentro. Puestos a buscar culpables por qué no pensar en una justicia que demuestra continuamente estar a favor del delincuente en contra del ciudadano honrado, o en el juez que lo puso en la calle cuando, seguramente, debería haber estado encerrado, así seguiría vivo. Aquí, para la justicia, la legítima defensa es algo tan etéreo que, esgrimirla como defensa en un juicio, es brindar al sol.

Si en mis tiempos jóvenes, alguien me dice que, como español, envidiaría a un portugués, le hubiera calificado, como mínimo, de chalado. Pues ya hace tiempo que me sucede. Cuando veo como los políticos de izquierda y centro derecha, en Portugal, se han puesto de acuerdo para gobernar conjuntamente y así evitar situaciones como la que nosotros soportamos, no puedo por menos que envidiar a nuestros vecinos. Qué vergüenza lo que aquí tenemos. Unos políticos que dicen estar al servicio público y que lo que hacen es servirse de lo público, poniendo siempre por encima del bien común sus intereses personales. No les importa hundirnos en la miseria y llevarnos al abismo con tal de no perder una pizca de lo suyo. La situación en que nos pone la casta política que soportamos podría solucionarse cambiando la pésima Ley Electoral vigente, pero claro, si quienes tienen que limpiar el charco son las mismas ranas que, tan ricamente, en el habitan, lo tenemos fastidiado.

Se celebrarán próximamente elecciones en Cataluña y ¿después qué?, pues más de lo mismo, continuaremos con el embrollo, aumentado y sin corregir nada. ¿Vuelve o no vuelve Puchi? Por dios, que intriga, en ascuas nos tienen. Y a ver qué pasa antes en las Vascongadas, pues ¿qué va a pasar? tres cuartos de lo mismo. Españolito que vienes al mundo, que dijo Machado.

La guerra de Irán, y que no se sabe si volverán, contra Israel, parece la guerra de Gila en plan moderno. No se sabe si los drones y misiles que les han enviado eran los obsoletos y caducados que tenían en sus almacenes y que ni Rusia ha querido para mandárselos a los ucranianos, o es que se habían puesto de acuerdo para no hacer daño. Joer que eficacia, no han servido para nada, no han sido capaces ni de derribar un poste de teléfonos, bueno sí, creo que ha habido una niña herida, no se sabe si por alguna esquirla vagabunda o porque se asustó con el sonido de las sirenas, tropezó con una piedra y tuvo una mala caída.