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Desde mi Tribuna

Por Juan Postigo Vergel

Pánico práctico


Parece decidido. El próximo 9 de mayo, seis meses después, el Estado de Alarma decaerá en España cambiando totalmente la perspectiva que ha vivido el país durante todo este tiempo. En principio, y en base a criterios legales, se pondrá punto y final a muchas de las restricciones en aras a evitar contagios. Es sencillo. Se puede resumir en: se acabó el toque de queda, el cierre en la Comunidad de Castilla y León y la limitación de reunión, sea en espacio público o privado. Otras como las mascarillas, geles, distancias y precauciones varias parece que seguirán con nosotros un tiempo.

 

Fruto del debate, estas semanas se ha apaleado al Gobierno por considerar que es pronto para retirarlo. No me malinterpreten, ni mucho menos pretendo hacer una defensa de este. A quien pretendo defender es a los miles y miles de negocios que necesitan que el puño deje de apretar, que la soga se destense. Millones de personas que claman por una vida un poco más normal, en base incluso a motivos de salud mental que podría terminar dejándonos la pandemia a corto, medio y largo plazo.

 

¿Será la ley de la selva a partir de ese 9 de mayo? Por supuesto que no. Y tampoco debería ser así. Este tiempo que queda hasta entonces la Junta de Castilla y León debe dejar atado y bien atado el protocolo a seguir desde entonces con ciertas medidas que, si bien no sean tan restrictivas, sí aseguren que el número de contagios no se dispare. Y es que serán los gobiernos autonómicos los que tendrán estas herramientas para poder hacerlo.

 

En todo caso, las buenas noticias es que, según todos los indicadores de datos, parece confirmarse que la cuarta ola no será tal en Castilla y León. Para que se hagan una idea, en Valladolid no hemos llegado a 200 puntos de incidencia acumulada a 14 días cuando durante la tercera ola llegamos casi a los 1.200. Los fallecidos, si bien cada uno de ellos es una desgracia, no se están dando en un número desorbitado. Dicho de otra manera: parece que realmente esto no se desmadra. ¿Entonces por qué este alarmismo entre mucha gente? En mi opinión, los medios pecamos a veces de poner titulares demasiado alarmistas pese a que la situación no es ni la mitad de grave que hace apenas tres meses con la tercera ola.

 

Y todo esto cuando todavía quedan bastantes jornadas por delante hasta el 9 de mayo. Este descenso de contagios, muertes e incidencia acumulada, ya lo saben ustedes, se da en gran medida por el avance del proceso de vacunación. Para el mencionado 9 de mayo se confía en que esta ya esté muy adelantada y con velocidad de crucero, no solo en Castilla y León sino en toda España. Para que se hagan idea, la semana del 5 al 11 de abril en todo el país se pusieron dos millones de vacunas... cuando hasta entonces llevábamos ocho desde finales de diciembre que se empezó a pinchar. Son datos para la esperanza.

 

P.D. Videoclip de 'Pánico práctico', de IZAL.