Alguien deberá asumir la responsabilidad del deterioro que estamos sufriendo los europeos. No es momento de echar balones fuera y ni de culpabilizar a la guerra de Putin o a los inmigrantes africanos o asiáticos. El mal lo tenemos dentro y ya va siendo hora de que llamemos a las cosas por su nombre. Los europeos somos cada vez más pobres. La inflación crece mucho más que los sueldos. La deuda de los países, es decir la hipoteca que estamos dejando a nuestros hijos, crece casi exponencialmente.  Los logros sociales no se fundan en la productividad   ni en la investigación, sino en el endeudamiento del país y en la subida de impuestos.

¿Y si la desilusión por la integración europea estuviera ligada al deterioro de nuestra democracia? Antes, tener un puesto de trabajo significaba poder vivir dignamente, Ahora, ni siquiera el multiempleo te garantiza  una existencia digna.  Sé que lo que estoy diciendo es políticamente incorrecto y que no nos  gusta oírlo y, sobre todo, que es lo contrario de lo que nos dicen los políticos. Estos tienen miedo de que los extremismos puedan llegar a gobernar Europa, pero mientras tanto, su mayor preocupación es cómo repartirse los puestos claves de la Unión. Las tres agrupaciones de partidos políticos que nos van a gobernar -partido popular, socialistas y liberales-  son los mismos que vienen gobernando la UE desde hace 30 años. Han tenido tiempo para lograr la plena integración económica y política de Europa, que es el objetivo para el que se creó la UE. Y lo único que han conseguido ha sido más pobreza y hacer de Europa un esclavo de los Estados Unidos, de Rusia y de China.

Estoy esperando que surja un partido que nos hable de reducir los gastos inútiles y los puestos políticos superfluos, que hable de reducir la deuda y de bajar los impuestos, de acordar una sola lengua oficial para toda la UE y de reducir el número de comisarios, pero ¿cómo vamos a logar esto a nivel de la UE, si en nuestro propio país tenemos ya un montón lenguas oficiales?

Alguien deberá responder del deterioro de nuestra democracia y del deterioro de Europa. Y ese alguien tiene nombre y apellidos.