Al inaugurar la tienda mil de la conocida marca, en medio de la euforia por la apertura de la tienda en las antípodas de nuestro país, Amancio Ortega ha dado un beso en la boca a la responsable de recursos humanos de la delegación de la empresa en Australia delante de las televisiones y demás medios de comunicación que cubrían la apertura en una fiesta de lujo.
La mayoría de los asistentes vieron con estupefacción como la alegría del máximo dirigente de la conocida marca era por momentos irrefrenable.
Abrazaba a las cajeras, a los escaparatistas. a los responsables del departamento financiero incluso en un momento determinado mientras se quitaba la sabana que cubría la placa que anunciaba la apertura número mil se tocó sus partes y gente de su entorno le escuchó decir... óle vuestros huevos...
Ya en la zona donde se servían los canapés y el champán anunció a la plantilla que se iban todas a Bali a pasar unos días de vacaciones por el trabajo bien hecho.
Cuando fue preguntado por la acción que tuvo con la jefa de recursos humanos dijo que todos éramos consciente de que ella lo había consentido y que solo mentes mal pensantes y feministas trasnochadas podían pensar de esa manera.
El caso es que el máximo responsable de una empresa con esa facturación, esa imagen y trascendencia de todo lo que haga se tenia que haber guardado mucho de su júbilo y cuidar las formas.
No solo ha pedido perdón sincero, disculpas a la empleada y aceptado que fue un acto cutre e inaceptable que además dice que la empleada aceptó el beso de buen agrado.
Las empleadas no quieren trabajar en una casa donde no se acepta el respeto ni la dignidad, pero muchos jefes de zona y gerentes de otras tiendas defienden la labor de su director general y se han posicionado a su lado.
El tema se ha desbordado y hasta el gobierno y distintos grupos políticos han declarado que aconsejan a los ciudadanos que no se compre ropa de esa marca hasta que el presidente de la compañía no dimita y deje el cargo a personas de su confianza.
La mayoría de las empleadas han decidido en todo el mundo no ir al trabajo, el problema es que los hombres no han secundado la huelga y solo unos pocos están de acuerdo con la reivindicación de sus compañeras.
De momento hoy las tiendas están vacías pero en internet se ha lanzado una campaña por movimientos ultras animando a que hoy más que nunca se compre en ZARA para acabar con el feminismo rancio y socialista.
Lo más probable es que si al pagar la factura de compra el cliente se toca sus partes la cajera le dará un ticket de descuento para futuras compras.
Ya iremos viendo cómo va desarrollándose el BOICOT A ZARA.