El otro día leí a un crítico televisivo, bastante ácido, y al que admito mucho, que Carnival Row era la peor serie de la semana. No, no y mil veces no. Es posible que este crítico se haya olvidado de la fabulosa primera temporada de esta serie, o que se haya puesto a ver la segunda del tirón, (que no es tan buena como la primera, eso es cierto), con la única referencia del 'previously'.
Ya os hablé de ella cuando se estrenó, allá por 2019 (¡antes de la pandemia!), pero como con el cambio de diseño y servidor de Tribuna de Ávila, y el resto de las ediciones del grupo Tribuna, se han perdido muchos de mis posts, voy a refrescaros la memoria de esta serie fantástica protagonizada por Orlando Bloom (más guapo y mejor actor que nunca) y Cara Delevingne.
"Durante siglos, la Tierra de las Hadas era un lugar de mito y leyenda. Hasta que los hombres llegaron y lucharon por controlar sus riquezas. Hace siete años, esta gran guerra terminó, cuando la República del Burgo se retiró, abandonando a las hadas al puño de hierro de sus rivales, el Pacto. Ahora, la Tierra de las Hadas es un infierno del que desean escapar". Así comenzaba esta rara avis, una serie original, que no es un reboot, ni una adaptación, ni un biopic.
Está ambientada en una época y lugar imaginarios (que bien podría ser el Londres del siglo XIX, por las referencias, o la nuestra por el rechazo a los refugiados), en el que los humanos malconviven con especies legendarias, como, por ejemplo, hadas y faunos, entre otras. También habitan en el Burgo el miedo, sobre todo a lo desconocido, la ignorancia y la intolerancia. Nada nuevo bajo el sol.
Rycroft Philostrate es un inspector que investiga una serie de ataques (el autor de los mismo ha sido apodado Jack) que tienen como objetivo a hadas. Es uno de los pocos en el cuerpo de policía que se preocupa por lo que les pase a las -criaturas- (como son llamados todos los que no son humanos, despectivamente).
Philo guarda algunos secretos importantes y dolorosos. Uno de los más grandes es su amor por Vignette, a la que dejó allá, al otro lado del mar, hace siete años.
Vignette Stonemoss vive en la Tierra de las Hadas. Es dura, valiente y trabaja arriesgando su vida (a la que tiene en poca estima) ayudando a huir del país a otras hadas como ella de la tiranía del Pacto. Hasta que un día se ve forzada a huir ella también, con un libro y una fotografía como únicas posesiones, en un barco que una gran tormenta va a hundir, siendo ella la única superviviente. Lo primero que va a descubrir al llegar al Burgo, es que Philo, el amor de su vida, y al que creía muerto, está vivo.
Poco a poco conoceremos a distintos personajes de la ciudad, y la (aparentemente imposible) conexión que une todas sus vidas; intrigas políticas y domésticas, racismo, relaciones extra-matrimoniales, ilegítimas, incestuosas (otra vez no, por favor), profecías, religión (no perdáis de vista las referencias a su mártir, ahorcado en vez de crucificado) asesinatos brutales, seres inimaginables, aún en este mundo nacido de la imaginación, mientras los dos protagonistas se encuentran una y otra vez, a veces fortuita, otras voluntariamente. En toda la primera temporada, entre Bloom y Delevigne no hay química, hay una explosión nuclear en la pantalla cada vez que se acercan.
Mientras, un misterio, aún mayor, se cierne sobre sus cabezas, y un montón de secretos van a ser revelados. Gran ambientación, música, vestuario, y fotografía.
En Prime Video se emiten nuevos episodios de la segunda y última temporada todos los viernes.