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Recetas para educar

Por Juan Carlos López

Los líderes que necesitamos


...Y no tenemos.

No sólo me refiero a los líderes políticos, que también, sino a todo el que dirige alguna organización.

"No se puede dirigir empresas del siglo XXI con estructuras del siglo XX y directivos del siglo XIX", nos decía John P. Kotter. Y Goleman nos señalaba que "Entre los líderes y directivos existe mucha universidad (cociente intelectual) y poca guardería (inteligencia emocional)". Hoy los necesitamos con cabeza y corazón.

Necesitamos líderes maduros, equilibrados, que tengan su vida llena, para que sus desequilibrios personales no afecten a su toma de decisiones.

Necesitamos líderes que velen por el bien común, sea su empresa, su colegio, su pueblo, su país. Líderes con personalidad, y valores. Que no sean chupatintas de sus organizaciones.

Que sean conciliadores, empáticos (que entiendan las preocupaciones y perspectivas de los trabajadores, obreros, ciudadanos), generosos. Que sepan valorar y reconocer el trabajo de sus empleados.  Cercanos, con la puerta abierta y en contacto con la realidad. Que practiquen el Managing wandering around, es decir que busquen el contacto personal con los miembros de sus equipos.

La forma en que lideramos puede marcar la diferencia no solo en los resultados profesionales, sino también en el bienestar y satisfacción de nuestro equipo. Recuerdo un buen director, que solía decirme que, para que un colegio funcione los maestros deben estar a gusto, de esta manera lo sentirán como suyo, y no tendrán prisa en irse de esta su segunda familia. Promueven el equilibrio entre trabajo y vida, los líderes que comprenden y apoyan las necesidades de sus empleados fuera del entorno laboral promueven la salud mental y satisfacción en el trabajo.

La comunicación es la materia prima de la que está hecha el liderazgo. Debe ser abierta y honesta. El líder sabe escuchar; Escuchar es estar dispuesto a cambiar de opinión.

Que inspire con el ejemplo, el líder llega el primero y se va el último. Demuestra un comportamiento ético, con respeto. En lugar de castigar el error, fomenta el aprendizaje y la adaptabilidad. Celebra los logros individuales y colectivos.

Muestra aprecio y gratitud fortaleciendo la moral de su equipo. El reconocimiento genera motivación y ambiente de trabajo positivo. Al 75 % de los directivos les cuesta practicar el reconocimiento, eso son muestras de inseguridad. Las personas necesitamos reconocimiento material (dinero) y reconocimiento emocional (aprecio e importancia), cuando este último no se satisface en cuanto puedan dejaran la organización. Mc Namara secretario de defensa de la ONU, "los cerebros como los corazones se van donde les aprecian".

Mario Alonso Puig nos cuenta en 'Cómo sanar heridas emocionales' que "Un equipo es lo que hace que gente ordinaria consiga cosas extraordinarias". La diferencia entre un grupo y un equipo es el vínculo emocional, la confianza. Hay que crear espacios de confianza, espacios en los que se pueda uno expresar sin sentir que esto se pueda volver contra ellos.

A modo de ejemplo nos cuenta cuando Disney compra la empresa Pixar. Disney era un gigante y Pixar una empresa pequeña. Todo el mundo creyó que Disney iba a fagotizar a la empresa pequeña, a tragársela y ocurrió todo lo contrario. La pequeña, relanzó a la empresa grande. ¿Cómo se explica esto? En una entrevista que se realizó a uno de los fundadores, Edwin Catmul cuenta que esto ocurrió, no por tener los mejores ingenieros sino porque ellos habían creado el  brain trust, el cerebro que confía, que se basa en tres pilares:

  1. Todos los miembros del equipo saben que los demás le pueden ayudar
  2. Son personas que saben que "importas a los demás", no eres un medio ni un objeto, importa tu vida, cómo estás, cómo te va...
  3. Todos pueden expresar lo que verdaderamente sienten sin que esto se vuelva contra ellos?

El líder se sabe rodear bien, y no le tiembla la mano cuando tiene que prescindir de alguien. Cuando necesita un consejo profesional, se lo pide a expertos y no a amigos. No desecha una buena idea porque no le gusta de quien viene. Los verdaderos líderes no caen en el orgullo de creer que saben todo y aprenden de los de su alrededor. Prestan oídos con atención a los que son capaces de proponer proyectos de utilidad. Piensan que lo que no es útil para la colmena no lo es para la abeja. El líder es ágil para adaptarse a cambios, favorece la creatividad, capacidad de encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos

 Facilita oportunidades para el desarrollo profesional. No fomenta la envidia porque la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.

Para un directivo es más importante recibir la información de forma rápida y eficaz que de forma formal. Tiene  en cuenta que la burocracia es el 'Drácula' de la empresa, sabe cómo reducirla. Valora el tiempo, conoce que la puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno. Es ágil con las reuniones, y duran lo justo y necesario, controlando las luchas de ego en las mismas, y los conatos de "significatividad personal" tanto de los asistentes como el suyo propio

Tiene calma y autocontrol, mucha templanza, justicia y coraje. Tiene conocimientos prácticos para tratar temas difíciles. Utiliza la diplomacia para salir de un problema en el que el tacto lo hubiera evitado meterse. Necesitamos líderes con visión global que sepan integran que sepan ver las coincidencias e integrar la diferencias.

Aborda desde la sostenibilidad ambiental a la justicia social. Sabe que si algo que hace beneficia a la sociedad, ya tiene su propio galardón.

No todos los lectores son líderes, pero si todos los líderes son lectores.

Saben que no es posible hacer un buen negocio con una mala persona. Si haces un pacto con el diablo terminas pagándolo, el diablo no tiene ni valores ni escrúpulos.

Los líderes que necesitamos son aquellos que abrazan la responsabilidad de guiar a la sociedad hacia un futuro más brillante y equitativo estos líderes pueden inspirar cambios significativos y dejar un legado duradero para las generaciones futuras.

Para ser un buen líder hay que currárselo: "Dos amigos se encuentran y a uno le había ido muy bien, y le pregunta, oye Carlos ¿cómo has conseguido todo eso?, y le dice, trabajando muy duro, y el otro le responde, hombre así cualquiera". Hoy líder no puede ser cualquiera... hay que currárselo