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El trío Lanzarote, que en vacaciones también se note


Anteriormente a los años 40 ya existieron varios 'Tríos Calaveras', que tenían en común dedicarse, por afición o profesión, a la canción, por lo general a la composición e interpretación de corridos mejicanos. Nosotros tenemos un Trío Lanzarote del que nos gustaría saber que melodía estarán componiendo los tres juntos, todavía no han cantado, pero cantarán y la canción a muchos no va a gustar, parece, como decían en los pueblos, que se trata de una reunión de pastores.

Del jefe de la banda musical, que vamos a decir, le están cayendo las del pulpo multiplicadas por cien y nada, oye tú, no le tumba ni un ciclón. El que viene a salvar a España de los embistes separatistas, algo ya si tiene a su favor, se llama Salvador, pues que el otro Salvador le asista, lo va a necesitar. Tiene pinta de seminarista sumiso y es el perrito faldero del jefe, no lo va a tener fácil, pero que importa el sufrimiento, ya se ha asegurado pensión, despacho, secretaría y coche oficial de por vida.

De Zapatero es más difícil comprender que papel desempeña en el trío, anda que no tiene el partido socialista gente de valía reconocida, de quienes podría recibir Pedro buenos consejos y elige a Zapatero, que tiene la capa más mugrienta que la bayeta de una fregona y acaba de salir más tiznado, de su participación en el pucherazo venezolano, que sartén con patas recién retirada de la lumbre. Hemos asistido esta semana al terrible suceso de Mocejón y se ha montado el cirio pascual. Desde el minuto uno, las redes se han llenado de comentarios acusando a un grupo de menas que han llevado al pueblo, se ha actuado como Zapata, disparando antes de preguntar.

Estamos acostumbrados a ver como las redes se han convertido en un vertedero que admite todo, cualquier indeseable puede verter cualquier basura amparado en el anonimato. Cierto que por ahí campean racistas, xenófobos y todo el catálogo de denominaciones que están a la orden del día, que lo que buscan es echarle leña al fuego, pero, también un montón de imbéciles con menos luces que la barca de un contrabandista, tantos y tan imbéciles como los que dicen lo contrario, que toda la inmigración es pan de ángel.

Sin embargo, deberíamos reflexionar sobre el porqué de la existencia de gente así y darnos cuenta de que sus manifestaciones son como los síntomas de una enfermedad, indeseables, pero con algo positivo, avisan de que existe un problema. Lo que no vale es negar su existencia y emplear la táctica del avestruz, si empezamos por no aceptar que hay inmigrantes problemáticos, negamos el enunciado del problema, y así difícilmente se puede encontrar una solución. Hace treinta años, el racismo y la xenofobia debidos a la inmigración en España, era algo residual, como iba a serlo si prácticamente no existía inmigración, y hace sesenta los españoles éramos emigrantes, hoy ya no lo es, lo niegue quien lo niegue, y lo peor es que va en aumento.

Aumento al que contribuye el descontrol de una inmigración y la falta de medios para atender a todo lo que nos entra sin control por tierra, mar y aire. Presumimos de hospitalarios y luego los tenemos hacinados en centros, a veces en condiciones inhumanas, en hoteles o directamente abandonados por las calles. Somos incapaces de integrarlos, sea cual sea la causa y vamos de mal en peor. Contribuye también al mal ambiente contra el emigrante el empecinamiento de los medios a ocultar identidades cuando, desgraciadamente, quien delinque no es nacido en España.

Quienes creen que ocultando detalles en las noticias evitan crear malos sentimientos, se equivocan, es preferible la verdad, que evite a la imaginación aplicar el principio de piensa mal y acertarás. El ocultar, negar o tratar de justificar un acto delictivo, en función de quien lo cometa genera el efecto contrario al perseguido. El ciudadano tiene derecho a ser informado, y debe hacerse con rigor, con la verdad y de forma suficiente evitando exageraciones con el fin de llenar páginas para vender, o lo que es peor, con intenciones políticas.

Es lo que, otra vez desgraciadamente, hemos comprobado con el caso de Mocejón, que, tratándose de una tragedia que ha destrozado dos familias, ha llenado de imágenes y palabras las televisiones, radios y medios digitales, y de tinta hectómetros cuadrados de papel. Hemos comprobado con tristeza el uso mediático que han hecho esos indeseables, de los que hemos hablado anteriormente, y también las vergonzosas declaraciones de algunos políticos. Otra actuación contraproducente es la de matar al mensajero. Lo que diga el señor Albiol nos podrá gustar mas o menos, pero lo que dice es verdad.

Otra cosa es lo del impresentable del tal Alvise ¿De donde coños ha salido semejante bicharraco? ¡Ah! si, ya sabemos de dónde, de los medio donde todo vale.