Abril ya no es el mes de las aguas mil. Después de más de cien días sin ver caer una sola gota de agua en numerosos puntos de la península y una anomalía térmica que elevará los próximos días las temperaturas por encima de los 30 grados centígrados media España entra ya en riesgo extremo de incendios forestales.

Las elevadas temperaturas de un invierno cálido y una primavera inusualmente calurosa y seca España se enfrenta a la que podría ser su octava sequía histórica, la más intensa y extensa desde los años 70, con estrés hídrico acumulado desde 2019 que expone la masa forestal nacional a un riesgo extremo de incendios según las previsiones para los próximos días de la Agencia Estatal de Metereología.

Un escenario que ha llevado al Gobierno a adelantar mes y medio la campaña contra incendios 2023 en todo el país. De hecho, para primeros del mes de mayo está previsto que se celebre una reunión de coordinación en la que participarán el Gobierno y las CCAA donde se analizará esa necesidad de adelantar las medidas para hacer frente a la temporada de incendios.

Ante esta medida, algunas comunidades autónomas, como Andalucía, han decidido igualmente adelantar la campaña 15 días respecto a los últimos años, ya que lo habitual era firmarla el 1 de mayo.

Los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), conseguidos por las imágenes satelitales de Copernicus, muestran que más de 40.000 hectáreas han sido arrasadas hasta el 10 de abril de 2023 por culpa de los incendios forestales. Este dato supone que España ha sufrido más pérdidas de superficie boscosa en este trimestre que en 2010, 2014 o 2018, informa el organismo.

Según la Fiscalía, solo uno de cada cuatro incendios forestales es intencionado. También se ha detenido o investigado por estos incendios a 482 personas, más que ningún otro año. No obstante, en lo que se refiere a casi la mitad de lo quemado, todo se originó por un rayo.
Ejemplo de esto último son los que en Zamora arrasaron más de 50.000 hectáreas, falleciendo cuatro personas.

Ante esta situación, la Fiscalía de Medio Ambiente identifica como zonas de alto riesgo Cataluña, Galicia, Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, y se plantea introducir que haya planes de prevención a la hora de enfocar la investigación penal de un incendio.

2022 fue el peor año de la historia de los incendios forestales en España.

Según datos satelitales, con casi de 310.000 hectáreas forestales arrasadas por el fuego, el 40 % del total de la Unión Europea (UE), convirtiendo a 2022 como el peor ejercicio en cuanto a incendios en el país en lo que va de siglo y el quinto peor desde que existen registros.

Los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), que basa sus estimaciones en imágenes del satélite Copernicus, la superficie forestal quemada en España subió a 308.112 hectáreas, 3,6 veces más que en 2021 y muy por encima de la media entre 2006 y 2021 (66.793 hectáreas).

España se enfrentó en 2022 a la peor ola de incendios de la serie histórica que maneja EFFIS (iniciada en 2006), hasta ahora liderada por 2012, cuando ardieron 189.376 hectáreas.

Los registros del Ministerio para la Transición Ecológica se remontan a 1968, y desde entonces el peor año de incendios forestales de la historia de España fue 1985, con 484.475 hectáreas arrasadas. La barrera de las 400.00 hectáreas también se superó en 1978, en 1.989 y en 1.994.

El Gobierno elabora sus estadísticas con datos de las comunidades autónomas, y sitúan la superficie forestal ardida hasta el 30 de noviembre 2022 provisionalmente en 267.383,59 hectáreas, cerca del 1 % de la superficie forestal nacional.

En España se registraron, en total, 56 grandes incendios forestales (los que superan las 500 hectáreas), la misma cifra que en 2017 y más del doble que en 2021, reflejo de la virulencia que alcanzaron en 2022 los fuegos en el verano.

Las cifras definitivas pueden variar porque para conocer la afectación real de un incendio los expertos precisan hacer mediciones obre el terreno.

Los incendios más devastadores del año se desataron en las poblaciones zamoranas de Losacio, en el que murieron cuatro personas, y Serracín de Alistes, que juntos arrasaron 56.000 hectáreas, la mayoría en la Sierra de la Culebra.

En la UE, los incendios afectaron a 786.049 hectáreas, el 39 % de ellas en España, que fue el estado miembro más castigado por el fuego, por delante de Rumanía (154.772 hectáreas), Portugal (104.379), Francia (66.393) e Italia (58.879), según datos a 24 de diciembre.

Estos incendios liberaron a la atmósfera 28 millones de toneladas de CO2, 11 millones de ellas desde España, más que duplicando la media registrada entre 2006 y 2021 (4,76 millones de toneladas).