Primera de tres finales ligueras ganadas. El VRAC Quesos Entrepinares superó no sin dificultades los Cuartos de Final de la División de Honor del rugby español y disputará las semifinales en el mismo sitio y a la misma hora frente al vigente campeón de la competición, la Santboiana. El hecho de que todas las eliminatorias por el título sean 80 minutos irreversibles, jugándote todo a una carta y con la posibilidad de quedar apeado y sin opciones multiplica la emoción y eleva el riesgo. Un riesgo que el Quesos volvió a asumir durante el tramo inicial del encuentro.

Concretamente fueron 37 minutos los que el Quesos tardó en ponerse por delante y voltear un partido en el que Ordizia comenzó mandando, no tanto en juego, pero sí en el resultado. Y es que el VRAC salió con un quince tan competitivo como diferente al que ganó hace dos semanas la Copa del Rey en Sevilla. El equipo, voluntarioso y con ánimo ofensivo, no consiguió concretar las primeras intentonas en veintidós rival y vio cómo su rival sí lo hacía. Así, en el minuto 18 el infalible Valentín Cruz pasaba un castigo que suponía el 0-3 y cuatro minutos después Julen Goia finalizaba una jugada colectiva encontrando el hueco por la parte derecha del ataque visitante, de nuevo con Cruz acertado al pie.

El 0-10 en el minuto 18 llevaba el murmullo a Pepe Rojo y el grito de ánimo de la afición a los suyos para provocar una reacción que terminaría llegando. Un traicionero bote final evitó un ensayo que ya se cantaba de Marc Sánchez, pero la insistencia quesera tuvo premio y una arrancada de potencia de Sacha Casañas llevó al equipo a una superioridad cerca de zona de marca que esta vez no desaprovecharía. El VRAC hizo circular rápido el oval hasta que Javi López pudo entrar y posar, transformando Baltazar Taibo (7-10). Segundos después de protagonizar esa gran acción que despertó al equipo, Sacha Casañas se retiró lesionado tras un duro golpe en el hombro. Su sustituto, KaloKalo Gavidi, sería quien voltearía definitivamente el marcador al borde del descanso, recibiendo de un Taibo que primero amagó y después arrastró a la defensa ordiziarra para encontrar al fiyiano, que se metió hasta la cocina (7-14).

El VRAC sabía que no se podía permitir muchas comodidades tras la reanudación y saltó al césped con el objetivo de ganar colchón y evitar un final agónico ya visto en varias ocasiones en Pepe Rojo. Tras un buen empuje de la melé azulona, fue Michael Stringer el que finalizó para el 21-10 que otorgaba en el minuto 49 una tranquilizadora renta que sería aún mayor con el ensayo en el 56 de Ben Wood, como todos transformado por Balta Taibo (28-10). Con casi 25 minutos por delante, el VRAC agitó el banquillo, dosificó esfuerzos y jugó en campo contrario. Sólo en la última jugada del partido Ordizia maquilló el resultado con un último ensayo para el 28-17 final.