El Real Valladolid ganó (3-1) al FC Barcelona en un partido marcado por la tensión competitiva que marcaba el contexto clasificatorio para un equipo que afrontaba el duelo con cinco derrotas consecutivas y con la protesta inicial de los más de 22.000 espectadores en contra de las decisiones arbitrales. Aun así, el combinado del 'contra todo y contra todos' se levantó ante la adversidad para aferrarse a la salvación y dar un golpetazo encima de la mesa que le aúpa a los 38 puntos a falta de dos jornadas.

PUESTA EN ESCENA CON GOL INCLUIDO

Si hay un equipo que se levanta cuando nadie se lo espera es el Pucela. La racha negativa y enfrentarse al campeón eran dos de los indicadores que no mostraban ni un rastro de positivismo en las inmediaciones del estadio José Zorrilla antes de que Soto Grado pitara el inicio del partido. De hecho, antes de que llegara dicho momento, los locales hicieron el pasillo a un Barça que se esperaba la intensidad blanquivioleta, pero no entraba en sus planes recibir el primer golpe del combate a las primeras de cambio. Un centro de Machis terminaba con el balón en el fondo de la red porque era Christensen el jugador que se adelantaba a Ter Stegen (1-0). 

El tanto provocaba que la protesta contra el arbitraje se apagara porque el Pucela reaccionaba a un ruido externo que no parecía que le afectara. Sin embargo, con el paso de los minutos, los de Xavi tomaron la iniciativa por momentos gracias a Raphinha, que era el único que ponía el miedo en el cuerpo a los locales. El brasileño puso a prueba a un Masip que consiguió poner el candado en la portería.

Por esa razón y aprovechando que el Barça no acertaba, el Real Valladolid dio un paso adelante e incrementó su ventaja a través de un penalti de Eric García a Gonzalo Plata cuando el ecuatoriano tenía todo para marcar ante la salida en falso de Ter Stegen. Larin, que también participó en la acción, fue el que tomó las riendas y, desde los once metros, batió al cancerbero azulgrana (2-0). Zorrilla, desatada por la reacción flagrante de los suyos, se iba al descanso creyendo que, por una vez, éstos últimos lo iban a conseguir.

MEDIR LOS TIEMPOS

La reanudación no sentó bien al Barcelona que bajó el pistón y no se acercaba con peligro a la portería blanquivioleta. Aun así, el Pucela seguía esperando en bloque bajo, asentado y con tensión para no llevarse ninguna sorpresa que le hiciera perder su renta. Ya alentados por sus simpatizantes, los de Pezzolano empezaron a mirar de tú a tú a un Iñaki Peña que sustituyó a Ter Stegen en el intermedio para que el alemán no perdiera el récord histórico en el Trofeo Zamora que completará una temporada liguera de ensueño. 

En ese tramo en el que el Real Valladolid no sentenciaba el partido, el Barça comenzó a apretar gracias a las internadas y los centros al área de Alejandro Balde que no encontraron destinatario porque Robert Lewandowski estaba amarrado con cuerdas a la figura del canterano David Torres que tendrá, durante muchos años, este partido en su retina. Con el polaco entretenido y sin que los visitantes propusieran algo diferente, Plata ejerció de invitado de excepción en la fiesta blanquivioleta para noquear al campeón. El '11' anotó su primer gol (3-0) en esta temporada con su remate a placer después del centro de Larin. La alegría se desbordó entre la afición pucelana hasta tal punto que estaba más cerca el cuarto tanto local que la reacción visitante.

Eso sí, el líder no quería irse de vacío y, entre ovaciones y aplausos, Lewandowski recortaba distancias (3-1). Con este tanto, murió un encuentro que deja al Pucela suficientes motivos como para seguir creyendo hasta el final después de salir de Cádiz hundido y con pie y medio en Segunda División.