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Lorena Martín, en la repesca, sufre el desgaste y dice adiós a los Juegos: "Queda en mi cabeza para siempre"

Después de correr en las series el viernes, no tuvo opciones el sábado y cumple en sus primeros Juegos Olímpicos: "Para mí es un premio a una carrera"

Lorena Martín, en la repesca, sufre el desgaste y dice adiós a los Juegos: "Queda en mi cabeza para siempre"
Lorena Martín
Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.
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Segunda carrera de los Juegos Olímpicos para la peñarandina Lorena Martín, que partía en la primera serie de la repesca para las semifinales de los 800 metros.

La clasificación estaba o en ganar la carrera o estar entre los dos mejores tiempos de todas las series lo que indicaba la dificultad del reto.

Lorena, que había sido séptima en la carrera del viernes partía con el peor tiempo de la temporada de su serie, intentó aguantarse en el grupo desde la salida en la calle ocho. En una carrera rápida con tiempo por debajo del minuto en el primer 400, Lorena trataba de aguanar el ritmo desde la sexta posición desde la calle uno.

Lo importante para ella a estas alturas pasaba por intentar realizar un buen tiempo en meta algo que no era sencillo porque venía de correr en la sesión vespertina del viernes y de hecho perdió ritmo y no acabó bien. Al final entró en la última posición de la serie con un tiempo de 2'03"04, un segundo más que en la serie.

"Evidentemente no estoy contenta con cómo me ha ido el campeonato. Me ha entrado un láctico que pocas veces, no podía ni abrir los brazos. Por tiempos no va a salir nadie delas dos primeras series pero iba bien, no he hechos metros de más, tácicamente no me he metido en ningún problema pero no tenía más", resumía de su carrera.

Miraba al estadio al acabar y señalaba que no buscaba a nadie en concreto. "Solo quería hacerme una idea de esto para que no se me olvide nada de todo esto y quede en mi cabeza para siempre. Para mí estar aqui era el premio a toda una carrera deportiva".

Lorena ha reconocido haber vivido un formato de competición "durísimo, veías las caras en el calentamiento y quien no se echaba las manos a la cara estaba bostezando". Así explicaba que "ayer llegamos, nos metimos en hielo, nos echamos a dormir y vuelta a empezar hoy, no me entraba ni el desayuno entre los nervios y el cansancio".

Unos Juegos Olímpicos que suponen un punto de inflexión para la salmantina, que reconocía la necesidad de buscar en un nuevo desafío: "La preparación para llegar hasta aquí ha sido durísima para mi cuerpo y ya me está pidiendo otra cosa la salud, creo que hay que subir un poco distancia para probar otro método de entrenamiento que no exija tanta velocidad e intensidad como el 800, necesito darme un nuevo desafío porque siento que aquí no progreso ya más", apuntaba.