Ser de Salamanca ya es algo positivo. Como suplemento a su desempeño sobre el terreno de juego, 'ser charro es tener suerte' o por lo menos así lo canta Fran Colmenero. Álvaro Gómez ha regresado tras más de diez años fuera de casa y tenía claro que sería en Unionistas. "Todavía no me creo que esté de vuelta", ha asegurado, al mismo tiempo que reconoce formar parte de un "proceso de adaptación". 

¿Se han alineado los astros o querías volver? "Llevo unos años queriendo volver y no se había dado el caso. Este año sí. Cuando Rubén y el míster me llamaron no me lo pensé y vine para acá corriendo. Quería volver... al final son muchos años fuera. Me apetecía estar en casa, rodeado de mi gente", señala. 

Y dentro de ese deseo, ¿era Unionistas tu única opción? "Sí. Por como es el club, por el míster y por todo...". 

A tu salida de Salamanca, todavía existía la Unión Deportiva Salamanca, ahora todo ha cambiado. ¿Cómo lo viviste desde fuera? "Yo formé para de la Unión Deportiva Salamanca antes de irme a Valencia y al año siguiente desapareció. Entre que ese primer año lo pasé mal por estar lejos de mis familiares y ver que algo a lo que tenías tanto aprecio y querías tanto - yo iba todos los fines de semana al Helmántico con mi padre -, me dolió. Ahora me apasiona el proyecto de Unionistas, me apasiona el club y la gente que hay a su alrededor. Siempre he seguido su trayectoria, especialmente, por mi gran amigo Ramiro Mayor, que coincidí con él en el Langreo". 

"De todos los proyectos que he estado a nivel profesional creo que es el que más ilusión me hace. Porque soy de Salamanca y creo que toda la gente de Unionistas merece que alguien en Salamanca sienta los colores y tire del equipo lo máximo posible". 

PRETEMPORADA Y FUTURO

A nivel individual, ¿cómo te has sentido sobre el terreno de juego en los primeros tres partidos de Unionistas en la pretemporada? "Bien. La verdad que el sistema de juego del míster lo domino totalmente. Adaptándome a los compañeros, conociéndonos entre nosotros y lo más importante: que haya una estructura de juego para poder ir creciendo. Queremos que el club crezca y eso se consigue dando el máximo individualmente. Es lo que queremos todos", explica. 

¿Te han prometido algo antes de venir? "No. No me han prometido nada. Sé lo que quiere el míster de mí e intentaré dárselo. Cada uno debe ganarse su sitio y sus minutos y a la semana siguiente, si no lo has conseguido, a volver a trabajar para intentar estar en el once", subraya. 

¿Y con qué expectativas llegas? "Mi objetivo es tratar de jugar lo máximo posible para dar lo máximo al equipo. Quiero dar lo mejor de mí. Mejorar y que la gente vea el nivel que tengo y poder sentirme realizado con el trabajo que hago", apunta. 

Desde dentro, ¿qué se está construyendo en Unionistas? "Creo que se está construyendo un proyecto joven y ambicioso, el que todos tenemos mucha hambre de crecer y de dar lo máximo. En cuanto nos adaptamos al sistema de juego del míster, nos estructuremos y nos conozcamos entre nosotros, puede ser un año muy bueno. Vamos a hacer un buen año", augura. 

¿Qué opinas del Grupo I de la Primera RFEF? "Al final, si tienes ambición en esto, lo que más te motiva es jugar en estadios como el del Deportivo de la Coruña. Si no tienes ganas de jugar ahí es que no te gusta el fútbol. Al final, todos los partidos vas a tener una ambición terrible y una motivación elevada para intentar llegar al objetivo", dice. 

La gente joven, ambición y... ¿algún hándicap? "Creo que tenemos que canalizarlo bien. El tener ambición por crecer. Creo que la gente joven que han traído, primero es super simpática y super amable, y trabaja todos los días para dar lo máximo. Si tu das los máximo al de al lado vas a exigirle que también lo de. Va a ser difícil que nos igualen. Somos muy jóvenes y la competitividad así es explosiva. Somos un grupo muy bueno. Estamos de cachondeo y cuando nos toca a trabajar, concentrados. Todos estamos a gusto y eso es lo importante". 

SU IMPORTANCIA 

Más allá de la posición sobre el césped, ¿cuál es su papel fuera? "No sé... soy muy extrovertido, estoy todo el rato riéndome y gastando bromas a todo el mundo. Alguno me llamará pesado, pero al final creo que el fomentar estar todo el rato sonriendo afecta mucho. Yo he vivido mucho tiempo fuera y a las personas que no son de aquí les hace estar mejor". 

Un aprendizaje de haber salido: "Yo he tenido compañeros que me han hecho la vida mejor. En Valencia algunos me llevaban todos los fines de semana a sus casas... al final, cuando sales del fútbol necesitas a gente que te apoye y te comprenda. Sentirte querido sea donde sea y más cuando la familia no está. El estar a gusto en un sitio lo es todo", finaliza.

DANI PONZ

Coincidieron en el Alcira y seis años después, la vida les ha juntado a 601 kilómetros de distancia: "Nos llevamos muy bien. En el Alcira me hizo mejorar mucho como futbolista y también como persona. Aquí es lo mismo. Es un entrenador que te exige tanto que para llegar a ese nivel tienes que mejorar cada día. De momento, va metiendo muchos conceptos al cabo del día".