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A sumar

Diego Jalón deja, como cada viernes en TRIBUNA, su opinión sobre un tema ligado a la actualidad

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A sumar
El presidente del PP de Andalucía y candidato a la reelección como presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en un acto de campaña en Sevilla. | Foto: Eduardo Briones - Europa Press
Tribuna
Lectura estimada: 5 min.

Una de las cosas más entretenidas cuando se celebran unas elecciones es asistir al posterior espectáculo circense, con profusión de funambulismo y juegos malabares, en el que los candidatos y sus padrinos tratan de explicar los resultados. Los de todos, sin excepción, siempre son un éxito o al menos un fracaso menor, atribuible a circunstancias exógenas. Una de las cumbres de esta tradición fue aquella frase de Felipe González en 1996: "Nunca había vivido una victoria tan amarga ni una derrota tan dulce". Acababa de perder las elecciones, se marchaba a casa y dejaba la política activa. Pero supo con inteligencia quedarse el caramelo y endosarle el jarabe a Aznar.


Lástima que, desde entonces, casi todo en el gran partido de la izquierda española ha ido degenerando, que es como explicaba Juan Belmonte que su banderillero llegase a ser nombrado gobernador civil de Huelva. Incluso lo de las explicaciones post comicios. De Felipe a lo de la nini Lastra, que atribuyó la victoria del PP al gran esfuerzo inversor del Gobierno en Andalucía, median 25 años de decadencia intelectual.


Quizá lo más inesperado fue eso de que "en nuestra larga historia sin duda hemos tenido momentos mejores que esta noche en Andalucía, pero también momentos peores". Me intriga su concepto de "momentos peores". Y es una pena que ahora que parece interesada por la historia, aunque no sé si le durará mucho la afición cuando se entere de que suele requerir algunas lecturas, no sitúe en el tiempo aquellos trances más tristes. ¿Qué momentos fueron peores que el actual para el PSOE en Andalucía?
Y más que inesperado, ha sido un tanto triste ver al presidente del Gobierno en su primera aparición en el parlamento tras su novio a la fuga de la campaña electoral. Superado el voto de silencio que hizo el domingo por la noche y al que no renunció hasta el miércoles por la mañana, Sánchez aseguró que "las derrotas no son definitivas y las victorias tampoco", frase que atribuyó a Saramago, que se debe estar revolviendo en la tumba.


El presidente quiere volver a sumar votos, a ver si las próximas elecciones no le dan la razón a Lastra, que no parece saber sumar, en eso de los "momentos peores". Con un rostro descompuesto que ni el despilfarro monclovita en maquillaje podía disimular, prometió una bajada del IVA de la electricidad. El PP arrasa en Andalucía y Sánchez baja los impuestos. No sé a qué asesor se le habrá ocurrido la jugada maestra.


El guionista de turno debería caer en la confusa señal que el presidente envía a los votantes. Si quieren que el Gobierno baje impuestos, a votar al PP. Y los muy cafeteros, para los que bajar impuestos es privar a los españoles de hospitales y escuelas, tampoco pueden votar ya a Pedro Sánchez, que de tanto copiar ahora ya copia hasta a Feijóo. Hace menos de quince días la ministra de las cosas energéticas, Teresa Ribera, rechazaba la medida por "cosmética". Pero debe ser que como a nadie le gustan más las medidas cosméticas que a nuestro presidente, no lo ha podido evitar.


Sánchez quiere volver a sumar también a sus amigos de ERC y como ya han pasado las elecciones, ahora ha mandado también a Cataluña a su chico para todo, Bolaños el de las bombardas, a pedirle por favor una reunión a Aragonés, a ver si vuelve a sumar a los rufianes al proyecto frankhostión, para intentar desfibrilar esta legislatura en paro cardiaco y mantenerla con vida un rato más. Y mañana, Consejo de Ministros para anunciar más cheques y subvenciones. ¡Cuánto ensañamiento terapéutico de los defensores de la eutanasia!


Otra que se borró de la noche del domingo fue Yolanda, eternamente. También daba cierta pena verla agachar la cabeza en la rueda de prensa tras el Consejo de ministros del martes, al ser preguntada por los resultados electorales. Aseguró que "no voy a decir nada sobre la valoración porque no me compete, soy la vicepresidenta del Gobierno de España y represento también a los votantes del PP". Intenten no romper a reír todavía porque, a pesar de todo, a continuación no pudo resistirse a añadir que "lo que siento, si me permiten, es tristeza por razones evidentes. Las políticas de la derecha, más allá de lo discursivo van en dirección opuesta a lo que las personas necesitan". Ahora sí.


Pero bueno, ya nos advirtió que lo de estas elecciones no iba con ella ni con el espacio que representa, del que ahora hemos sabido que ya tiene nombre. "Aunque el nombre te asombre, / quien así obra tiene un nombre, / y ese nombre es el de chulo", decía Don Mendo. Lo de Yolanda va más allá. No es solo chulo, es chulísimo, como todas las cosas que hace. Pero como lo de "cosas chulísimas" igual quedaba raro para un proyecto de partido político, ha decidido llamarlo 'Sumar'. Sin miedo a las contradicciones.


Ella sabe lo que necesitan las personas, no como las derechas. Para eso lleva ya casi un año escuchando, en ese proceso al que dedica el tiempo libre entre coiffeur y modisto. Y ahora lo que quiere es sumar. Dice el diccionario que sumar es "añadir, reunir en una sola varias cantidades homogéneas". Pero a Yolanda se le complican las matemáticas y se le quedan cojas las definiciones. Ha reunido a siete partidos en una sola candidatura y ha conseguido dejar los diecisiete escaños de hace tres años en solo cinco. Y otros dos para Teresa Rodríguez, con la que no ha querido sumar.


Con las que sí quería sumar era con Ada Colau, con Mónica García y con la Oltra Mónica, la que se va de fiestuqui a marcarse un bailecito cuando el TSJCV la imputa y la Policía Judicial registra su consejería. Al final, presionada por el segundo Ximo más famoso en Valencia después del Bayo, Oltra ha dimitido, no sin antes explicar que la víctima es ella y no la menor de la que abusó su marido, que "han ganado los malos" y que "se ha cometido la mayor injusticia política de España". Curiosa forma de sumar la de la ex amiga de Yolanda, para la que todos los demás son los malos, incluso el Ximo de la estampita del Botánic, al que se le ha visto el peluquín cuando ha descrito a Oltra "como una pieza clave para mejorar la vida de los ciudadanos". Que se lo pregunten si no a la niña violada y luego despedida de su trabajo por la Generalitat.


Ahora dice Yolanda, parafraseando el anuncio de Soberano, que 'Sumar' no es cosa de nombres. De sus tres ex camaradas, dos están investigadas y otra anda tratando de explicar lo de la financiación ilegal de la que acusan a su partido los antiguos concejales de Manuela Carmena, otra con la que Yolanda tampoco quiere sumar. Dice que en julio va a volver a presentar su proyecto, pero esta vez lo hará sin Ada ni Mónicas. A ver si restando imputadas consigue sumar algo.

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