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Longevida San Pablo Burgos vence en el primer partido de playoff con contundencia y pone el 1-0 en la eliminatoria ante un UEMC Real Valladolid que no ha encontrado su juego más allá del primero cuarto, echando en falta mucho los puntos de sus aleros.
Empezó mandando Real Valladolid en el marcador con un parcial de 0-5 aprovechando los errores ofensivos de San Pablo, pero cuando los de Jota Cuspinera encontraron la manera de anotar, Vene puso desde el triple el 5-5. Sin embargo, los hombre de Paco García encontraban muy fácil su aro y Nwobo volvió a poner por delante a los visitantes. Los burgaleses no frenaron su juego y el partido entró en un ritmo trepidante con dos equipos que tiraron de tres para poner un 15-16 que seguía favoreciendo a los vallisoletanos.
Jota Cuspinera introdujo sus primeros cambios buscando más solidez ofensiva con Barrera y Ristic. Y funcionó, fueron siete puntos consecutivos que obligaron a Paco García a parar el partido (22-16). Pero el parcial siguió abierto y Puidet vio la antideportiva. Rogic y Kasibabu se animaron a la fiesta anotadora y con un 16-0 de parcial, San Pablo cerró el primer cuarto con un 31-16.
Los burgaleses siguieron de dulce y dos triples seguidos de Barrera pusieron el +20 en el marcador, aunque Real Valladolid se enganchó de nuevo al partido desde el triple y aprovechando dos errores de Burgos. No fue un juego muy fluído el que ofreció San Pablo en la segunda parte de hecho, por momentos, se vio más cómodo a los visitantes que fueron poco a poco recortando la ventaja hasta irse con un +12 en contra al descanso (45-33) gracias sobre todo a la aportación de Nwogbo.
Tras el descanso, no cambió la planificación del partido. Los de Jota Cuspinera siguieron dominando el partido y cuando tuvieron el momento clave, casi dejarlo sentenciado llevando de nuevo el partido al +20. Con este resultado, Real Valladolid se desvaneció y dejó de creer que era posible. En un cuarto en el que únicamente anotador Fisher y Corbalán anotador por parte de Longevida San Pablo Burgos, pero fue suficiente para que el cuarto terminara con un 62-41 tranquilizador.
Los locales no bajaron su intensidad a pesar del resultado tan favorable mientras que Valladolid no encontraba aportación ofensiva más allá de dos puntos de Schmidt. Con otro parcial de 5-0, los de Cuspinera mataron el partido (68-43). Kabasele se sumó a la anotación pero era demasiado tarde porque los locales tenían controlado el encuentro y a nada que ponía algo de intensidad defensiva, robaba con fácilidad.
San Pablo se fue contagiando un poco del ritmo de Valladolid en los últimos minutos y Jota aprovechó para dar descanso a alguno de sus jugadores. La afición burgalesa disfrutaba de la victoria de su equipo. No desaprovecharon la oportunidad y el equipo cerró el partido con un 81-59
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