El Pucela 'perdona' al Espanyol en Cornellá

El Real Valladolid cayó (2-1) en el RCDE Stadium ante el Espanyol. Es, probablemente, el partido que menos se ha merecido perder de todas las derrotas cosechadas que lleva en LaLiga EASPorts por la cantidad de ocasiones generadas y por el fútbol desplegado, dos variantes que hacía mucho que no se veían en las arcas del José Zorrilla. Es más, tuvo acciones en el último tramo para rescatar, al menos, un punto que le hubiese permitido mantener el golaverage, algo que también se le escapa. Estas malas noticias se suman a la lesión de Raúl Moro, que salió del terreno de juego en camilla.

MALA GESTIÓN EN LOS ÚLTIMOS METROS

El Pucela empezó con ganas el partido sin dominarle del todo, pero con tendencia a poder sacarlo adelante. Aun así, el larguero de Cabrera en los primeros minutos alertaba a los blanquivioletas de que podría pasar cualquier cosa. Los de Diego Cocca, mejor asentados en el terreno de juego que su rival, dieron un paso hacia adelante, utilizando la posesión para ir, poco a poco, acercándose a la meta defendida por el oro olímpico Joan García.

El Espanyol, que no estaba cubriendo nada bien los espacios, dio la oportunidad al Pucela de plantarse contra el arquero, pero, como pasó durante el choque, perdonó. Un gran pase filtrado por Mario Martín, que hizo un magnífico partido con menos fallos en las entregas que otras veces, llegó a las botas de Lucas Rosa, que no supo definir ante García, que salvaba, a las primeras de cambio, a los suyos. 

Los visitantes, con la balanza decantándose a su favor, al menos, en cuanto a la creación se refiere, no gestionaron nada bien las acciones en los últimos metros, lo que ayudaba al Espanyol a querer tener las suyas. Es más, antes del tanto de Javier Puado, el partido se enredó en un correcalles que no beneficiaba a nadie, pero menos al Pucela que seguía con su escopeta recién sacada de la feria.

El capitán pericó, a lo Juan Palomo, adelantó a los suyos minutos después. El ariete controló un balón dentro del área, se dio la vuelta ante la pasividad de la zaga pucelana, y con su volea batió a Hein (1-0). Las más de 23.000 personas que asistieron al RCDE Stadium celebraron el tanto que daba oxígeno a un Manolo González que se jugaba el puesto. Aun así, y antes del descanso, García desvió a córner un disparo de Moro y Marcos André, con todo a favor, mandó a la grada una ocasión clamorosa dentro del área. Así era muy difícil pensar en una hipotética remontada, pero las buenas sensaciones dejaban en el aire poder lograrla.

SIN RECURSOS Y SIN ACIERTO 

Los de Diego Cocca salieron a la segunda mitad con la esperanza de que ganar no era misión imposible. El Espanyol, ni con esas, varió su plan: acertar antes que el rival y que el mismo, si Dios quiere, no lo haga. Como así fue. Le salió bien el planteamiento rácano y pusilánime a Manolo, que tuvo que aplaudir ante los cánticos a su favor en la grada. Mientras, llegaba la peor noticia posible al otro lado del charco.

Raúl Moro se lesionó en una acción con Pol Lozano que acabó con el extremo echándose las manos a la clavícula. Los servicios médicos del Real Valladolid salieron a atenderle, pero ya era demasiado tarde, a pesar de lo rápido que actuaron. Al jugador se lo llevaron en camilla en una jugada peligrosa para los intereses blanquivioletas, ya que De Burgos Bengoetxea había pitado la falta a Moro en la frontal del área.

Javi Sánchez no se lo pensó dos veces, cogió el balón, disparó y puso la pelota en la escuadra de la portería de García, que no pudo hacer nada (1-1). El tanto llegaba en el mejor momento posible porque los pucelanos dejaban atrás la preocupante lesión de Moro y se recomponían, como podían, en busca de la remontada. Eso era lo que pensaba Diego Cocca en la zona técnica, pero nada más lejos de la realidad. 

El Pucela, con la voluntad como aliado, no supo ponerse por delante. Kumbulla sacó una pelota peligrosa a Kike Pérez cuando éste ya estaba preparado para disparar ante García. Esa fue la ocasión, entre el gol de Javi Sánchez y el segundo del Espanyol, que tuvieron los visitantes, que pecaron de inocentes. Dos minutos después, el debutante Roberto Fernández le demostraba a los de Cocca que, para marcar, hay que llegar y besar el tanto.

Una acción mal defendida por parte del Pucela, en la que fallaron Juric, Juma y Luis Pérez, dejó en bandeja al delantero, bien colocado en el segundo palo, una oportunidad de oro que no desperdició. El '2' perico superó a Hein (2-1) en su estreno como jugador del Espanyol. Lo que es fichar... y acertar. Latasa, por el contrario, se tiró calentando toda la segunda mitad, y Cocca no le dio ni siquiera la oportunidad por, precisamente, una evidente falta de confianza.

Es más, solo dio entrada a Amath, que no surtió efecto, pese a que en los últimos minutos el Pucela volvió a tener ocasiones clarísimas que dejó escapar. Un disparo de Amallah, sin oposición, que no va ni a portería, un cabezazo desviado de Marcos André completamente solo a la salida de un córner y otro remate similar de Kike Pérez dentro del área resumen lo que es este nuevo Real Valladolid: desplega mejor fútbol, demuestra que es mejor que su rival, pero sigue sin tener mimbres suficientes para salir del pozo, algo que hizo un Espanyol, que ganó por demérito y, sobre todo, por impotencia del que tenía enfrente.