"Mientas otros compañeros tienen que dar un paso para atrás en una actuación nosotros tenemos la obligación de darlo hacia delante"
Más de 430.000 actuaciones, 4.718 por artefactos terroristas, 2.800 intervenciones por amenazas por NRBQ, 247 hallazgos en solo un año de artillería de la guerra civil, avisos de sobres sospechosos a instituciones o trece agentes fallecidos en sus filas son datos que resumen los cincuenta años del TEDAX, la unidad de los casi 300 policías con el miedo bajo control.
"Mientas otros compañeros tienen que dar un paso para atrás en una actuación nosotros tenemos la obligación de darlo hacia delante", asegura en una entrevista con EFE Eladio Pérez, inspector jefe de sección de esta unidad especializada en desactivar artefactos explosivos y que desde 2004 responde también a las amenazas de agentes nucleares, radiológicos, biológicos y químicos (NRBQ).
Una bomba en el hotel Ritz de Barcelona contra una personalidad de Oriente Próximo en 1972 fue el embrión para crear tres años después esta unidad con una treintena de agentes, con unos medios "muy básicos" y siendo aprendices del Ejército.
Hoy, 50 años después, y en la vanguardia de este tipo de unidades en todo el mundo, suman casi 300 efectivos, entre ellos una decena de mujeres (la primera ingresó en 1990), distribuidos en 28 grupos por toda la Península, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.
Su día a día, en constante reciclaje y formación, lejos queda de los años en los que ETA marcó sus jornadas laborales y también su historia, encapsulada en su cuartel general del complejo policial de Canillas donde un pequeño museo almacena los primeros trajes pesados de desactivación, los iniciales temporizadores etarras o del GRAPO o las bombas más caseras alojadas en fiambreras o en tubos de PVC.
Pérez rememora a EFE que, si bien aquellos explosivos artesanales nada tienen que ver con los artefactos sensibles y de potencia más letal que pueden amenazar la seguridad hoy, la neutralización de unos y otros sigue similares protocolos. Y bromea: "Lo del cable rojo o azul es de las películas, el color es lo de menos, lo que hay que saber siempre es a dónde conduce cada cable".
Sin desvelar procedimientos de cómo anular una bomba, el inspector recuerda algunas de las actuaciones que lograron dar al traste con atentados de ETA como la desactivación de una furgoneta en Tudela (Navarra) en 1989 con 50 kilos de explosivo; la caja de puros con una bomba dirigida al periodista Carlos Herrera o el gran atentado que pretendía la banda con 160 kilos de explosivos en un coche contra la sede de la Seguridad Social de Sevilla en la Nochevieja del año 2.000.
De las trece mochilas con las que los terroristas yihadistas perpetraron el 11 de marzo de 2004 el mayor atentado en suelo europeo, una que no explosionó pudo ser desactivada por los Tédax, que tienen en este tipo de terrorismo uno de sus mayores desafíos. De hecho desde ese año, la unidad está integrada en la Comisaría General de Información.
Junto a la amenaza yihadista, sus últimas intervenciones les han llevado a la guerra de Ucrania y a embajadas como la de este país en Madrid donde un artefacto llegó a explosionar e hirió a uno de sus trabajadores en 2022.
También son requeridos por las autoridades de los aeropuertos donde en más de una ocasión han llegado paquetes comprados por internet que han hecho saltar las alarmas por contener elementos similares a explosivos.
El uso de explosivos empleado por organizaciones criminales para robar en cajeros o los avisos de sobres con sustancias sospechosas les han activado últimamente, si bien hasta la fecha los resultados de hallazgos de peligro NRBQ han sido negativos.
"En todas aquellas incidencias donde hay una posibilidad de que se puedan encontrar algún tipo de elemento explosivo o precursor, el TEDAX acude para colaborar con otras unidades de investigación y dar seguridad al lugar".
¿Que cualidades tiene que cumplir un Tédax? Pérez lo tiene claro. No hay policías más valientes aquí que en otros destinos. "No pedimos gente que no tengo miedo porque, de hecho, hay que tener miedo para poder cuidarte y cuidar a la sociedad, pero ese miedo tienes que saber controlarlo".
Ese control emocional es uno de los "requisitos" que más se evalúa en las pruebas que se realizan a los agentes que ingresar en el TEDAX, una vez han superado el examen teórico.
El inspector explica que cada año se abre un curso de acceso al que se presentan 150 policías para unas 15 ó 20 plazas. Los 30 mejores se someten al escrutinio del gabinete de psicólogos que analizan si el perfil del agente se ajusta al patrón exigido.
Esas pruebas psicológicas, de control, de capacidad de manejo en un situación o de trabajar en equipo tienen gran relevancia.
"Ha habido años que en la última semana se ha ido el 25%. Y eso no quiere decir que los alumnos sean malos policías, sino solo que no reúnen las condiciones oportunas para esta especialidad", concluye el inspector.
"Mientas otros compañeros tienen que dar un paso para atrás en una actuación nosotros tenemos la obligación de darlo hacia delante"
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